En la segunda entrega de nuestro monográfico Cosas que un día alguien decidió que hiciéramos, vamos a tratar un tema muy sucio. Y es que hay que ser eso, sucio y retorcido a más no poder para conseguir hacernos sentir sucias a nosotras con el fin de vendernos ciertos productos inventándose que son imprescindibles. Y es que, queridos padawan, si no los usamos es porque somos unas guarras. Lo han conseguido, ¿verdad? Realmente creemos que somos unas cerdas si no usamos salvaslips a diario, nos lavamos las partes pudientes con jabones específicos o usamos desodorantes para dicha zona. Y mientras tanto hay unos señores con los bolsillos llenos, y no de salvaslips precisamente, a costa de millones de vaders obsesionadas con la higiene de sus bajos.

Afortunadamente Loca Academia de Vaders ha realizado un trabajo de investigación exhaustivo con el fin de destapar por fin LA VERDAD SOBRE LA HIGIENE ÍNTIMA FEMENINA, esa obsesión enfermiza del siglo XXI.

Para comprender mejor por qué nos están engañando, debemos empezar hablando del comportamiento de la vagina ante las circunstancias que se le plantean.

Ella necesita mantener una humedad constante que va fabricando a lo largo del día. Su PH ácido la convierte en un todoterreno frente a agresiones externas, ayudando a mantener el equilibrio de la flora vaginal. Y autogestiona su propia limpieza interna mediante la secreción de flujo, que ayuda a eliminar cualquier elemento eliminable.

Tengo alguna «amiga» (de esas que jamás entrarán en este blog porque tienen cosas mucho más interesantes que hacer, como por ejemplo limpiar su casa y comprar productos dietéticos de oferta) que en alguna ocasión se ha referido a mi como «guarra» por el simple hecho de no compartir su afición al uso del salvaslip a diario. Y es que yo no tengo «slips» que salvar. En todo caso, bragas. Y tampoco me interesó nunca salvarlas de nada, que para eso tengo varios ejemplares limpios en el cajón y una lavadora estupenda en la cocina.

Por todo ello, siempre mirando por el bien del imperio, analizaremos los productos que nos pretenden inculcar como imprescindibles pero que, en realidad, sería deseable que fueran totalmente prescindibles:

Los salvaslips:

Los hay de dos tipos, dependiendo del cojín (material absorbente interno) con el que están fabricados:

– COJÍN FLUFF. Realizados con pasta de papel desfibrada, están enfocados a la absorción. Por ello son los más adecuados durante los últimos días del ciclo menstrual.

– COJÍN AIRLAID. Se componen de guata de celulosa y fibras sintéticas. Suelen ser más delgados y cómodos de llevar, por ello están enfocados a un uso diario. En ellos no prima la absorción, sino la comodidad.

¿Cuál de estos dos tipos de salvaslip se vende más? Pues sí: los de uso diario. Los que no absorben. Los que sólo sirven para quitarte las bragas limpias.

¿Y por qué es poco recomendable usar salvaslips a diario? Pues porque dificultan enormemente que la vagina respire. La humedad de la zona necesita airearse, si lo impedimos estamos contribuyendo a «enrarecer el ambiente», lo que puede causar una bajada de defensas y, por tanto, una alteración de la flora vaginal, propiciando de esta forma la aparición de infecciones.

Los jabones íntimos:

¿No hemos dicho que la vagina autogestiona su limpieza? ¿Por qué ayudarla a hacer algo que ya hace ella sola? Los genitales son una parte más de nuestro cuerpo y no necesitan más higiene que cualquier otra para mantenerse limpios. Sobra decir que lavar el interior de la vagina puede suponer una auténtica barbaridad, ya que es relativamente sencillo alterar su PH ácido que tanto nos protege.

Los desodorantes íntimos:

Es perfectamente normal y natural que los genitales desprendan cierto olor. Manteniendo una higiene diaria lógica, este olor no tiene por qué ser desagradable, es más: está concebido para ser estimulante en el momento de mantener relaciones sexuales.

Este invento de los desodorantes ¿a quién se le ocurrió? ¿y por qué? (además de para sacarse unas perras, claro). Con su uso se corre el riesgo de padecer irritación, inflamación e incluso alergia. Y no menos importante: impiden percibir por su olor algunas alteraciones que pudieran requerir tratamiento médico.

Por tanto, queridas todas, mi consejo vader es el siguiente: bragas de algodón (pasad de la lycra y similares) cambiándolas a diario, higiene normal con la ducha diaria sin incidir en el interior de la vagina, salvaslips y compresas sólo en días imprescindibles, nada de desodorante ni inventos raros y, sobre todo, ni puñetero caso a las amigas que os tachan de guarras por no caer en un consumismo desaforado de trastos inútiles que lo único que pueden hacer es perjudicaros. Las guarras son ellas, que usan salvaslips para no cambiarse de bragas, os lo digo yo.