Como bien sabéis algunos de vosotros, uno de los motivos de este imperdonable parón en la Academia es mi, cada vez menos reciente, mudanza al piso de mi hermano Darth Eye, quien me ofreció una solución habitacional (un millón de gracias a Pcbcarp por dejarme robarle este término) a un módico precio. La idea de mudarme fue realmente brillante, pues residir en plena sierra norte madrileña me brindaba la oportunidad de mezclarme entre verdaderas Vaders, auténticas mujeres poseedoras de un Sith, referentes objetos de estudio en nuestra Academia. Esta circunstancia es muy propicia para nosotras, pero requiere un arduo trabajo de campo. Por ello las labores de enseñanza se han visto mermadas y las publicaciones han tenido que retrasarse en espera de que pudiéramos clasificar todo el material que estamos recopilando.

Pero hoy quiero centrarme en la primera compra comunal que Darth Eye y yo hicimos a mi llegada, cuando temía que mi nivel adquisitivo fuera incompatible con la vida serrana, y la caza de ofertas en Carrefour se convirtió en prioridad de nivel 1. Asimismo me veo en la obligación de recordaros la fama absurda y completamente infundada que ambos hermanos tenemos sobre nuestras necesidades excretoras, con una frecuencia de visita obligada al excusado, según parece, algo mayor que la de la media, hecho que se ha convertido en objeto de mofa en cada planeta del Imperio, donde ya prácticamente ningún aliado nos deja utilizar los servicios de su nave por miedo a que gastemos más papel del deseable. Incluso existe algún Clawdite que se permite el lujo de cronometrarnos. Es destacable el caso de Zam Wesell, cuyo nivel de estreñimiento le ha llevado a sufrir tal envidia que intenta ponernos nerviosos mostrándonos su reloj en cuanto sospecha que vamos a intentar evacuar, todo por chafarnos la faena para que seamos como ella. Por todo ello, en nuestra primera compra comunal, decidimos proveernos de cantidades ingentes de papel higiénico, no fuera a ser que en algún momento nos quedáramos desprovistos de algo tan valioso para nosotros. Pero no valía cualquier papel, no. Había que encontrar un papel de calidad a buen precio y lo vimos: Maxi Roll Doble Rollo ¡y en oferta!

Darth Eye: ¡Mira, Mara! El paquete de 6 rollos está en oferta, a 3,15 €.

Mara Jade: ¡Halaaaaa! ¡Y además se llama Maxi Roll! Eso suena que te cagas muy apropiado para nosotros.

Darth Eye: ¿Lo echo al carro entonces?

Mara Jade: ¡No! ¡Espera loco! ¿No ves que entre ellos hay un paquete de 9 rollos?. Ése nos viene aún mejor ¿Cuánto cuesta?

Darth Eye: Mmm… pues no lo veo.

Mara Jade: Joer, tiene que venir el precio. A ver… Maxi Roll 6 rollos, 3,15. ¿Y el de 9?. ¡Cawentó! ¿Será posible que estos gañanes no hayan puesto cartelito del de 9?

Darth Eye: Pues tiene que estar, hay que mirar bien porque fijo que nos ahorramos pasta comprando 9.

Mara Jade: Eso por no hablar de que nos durará más tiempo. Teniendo en cuenta que vienen 3 rollos más podremos aguantar al menos otro día sin reponer papel.

Darth Eye: Pues que no lo veo. ¿Cómo es posible?

Mara Jade: ¿Y si preguntamos a alguien?

Menos mal que no lo hicimos:

reves

Eso por no mencionar que ni siquiera se trataba de papel higiénico, sino de papel de cocina.

De todas formas finalmente dimos con él. Lo colocamos estratégicamente, de tal forma que el inmenso paquete de 32 rollos abanderaba el carro como si de nuestro estandarte se tratara. Ahora sabemos que nunca nos faltará. Maxi Roll nos protege.

carro